Cuando encontré este retrato pensé en un ventrílocuo y su muñeco. El niño fue sentado sobre una mesa y el fotógrafo ubicó el nivel de la cámara respecto del adulto. Todo en el niño está en función de la mirada de su padre: la rigidez, su pose excesivamente formal y su ropa reflejan el status social simbólico que el retrato burgués buscaba inmortalizar. Una versión pequeñita, en miniatura, de la fuerte figura paterna. Para que el niño diga lo que el padre hablaba con el vientre…
El hombre y su ventrílocuo
Fecha de Publicación
23 octubre, 2012Buscar por etiquetas
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