Mamá y su mascota.

Cuando mi mamá tenia solo 7 años tuvo que irse a vivir con su familia a Junín de los Andes. Mi abuelo, que en esa época era militar, al no querer participar de la Revolución Libertadora, fue destinado a vivir con toda su familia a la patagonia Argentina a modo de castigo.

Eran los años donde nadie viajaba al sur, era un lugar muy hostíl y despoblado. A pesar de todo esto, mis abuelos, mi madre y mis tíos, recuerdan los años vividos en Junín como los mejores años de sus vidas. Fueron años muy felices. Para mí, esta foto resume un poco esos años vividos en un lugar mágico. Lo que en un primer lugar pretendía ser un castigo, resultó ser una de las mejores experiencias que les tocó vivir.

(Justina
Argentina, 1950s)