Me da gusto ver por un ratito la Torre Ader tal como la soñó mi tatarabuelo Bernardo Ader, como marco y testigo de la vida de su familia durante 4 generaciones. La última fue la de mi madre, que se la puede ver a caballo, a los 18 años.
Tesoros de la fotografía que recupera vivencias del olvido.
(Magdalena Vila
Argentina, 1940s)
Cómo podríamos conseguir reunirnos con estas joyas fotográficas para reeditarlas en Recuerdos de Villa Adelina? Gracias Magdalena por su publicación.