Conocí de verdad a mi abuelo...

Conocí “de verdad” a mi abuelo cuando él rondaba los 80 años y yo los 20. Digo “de verdad”, porque lo conocí más allá de la figura antigua y lejana que suelen ser los abuelos cuando uno es chico. Empecé a hablar con él, a compartir ideas y conocimiento. Escuché muchas historias de su niñez y de su juventud, en muchos casos las escuche más de una vez. Esta foto le da imagen a esos cuentos: el bronceado y la malla de época me demuestran la distancia temporal de esas historias, pero la sonrisa de mi abuelo (el de la derecha) me dice que es la misma persona con la que yo charlo por las noches.

(Lucas Guardincerri
Sin título
Atlántida, Uruguay
Circa 1940)

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